miércoles, 11 de noviembre de 2015

¡Aprende a Jugar a Vudú!

¿Quieres jugar a Vudú? ¡Pues aquí estamos para explicártelo! ¡Es muy sencillo!

1.- Preparación

- Separa las cartas por tipo. Verás que hay tres tipos de cartas: amarillas (maldiciones), rojas (maldiciones permanentes) y azules (artefactos).

- Cada jugador roba una carta de maldición. Pero no una cualquiera sino una que solo tenga dos ingredientes. Los ingredientes se encuentran en la parte inferior de la carta y se corresponden con las caras de un dado. Así, tenemos alas de murciélago, patas de cuervo, una calabaza, etcétera.

Ya podemos empezar a jugar.


2.- El juego

El juego se desarrolla en turnos. En cada turno, tendrás que tirar los cinco dados de ingrediente. Si no te gusta el resultado, puedes apartar un dado y tirar el resto (esta acción la puedes repetir cuantas veces quieras, siempre que tengas dados). Con el resultado de los dados, puedes realizar las siguientes acciones:

- Echar Maldiciones: aquí está la salsa del juego.  Si has obtenido un resultado que se corresponde con los ingredientes que pide la carta, ¡puedes echar una maldición a otro jugador!

- Comprar una Maldición: simplemente tienes que descartar dos dados para robar una maldición.

- Comprar un Artefacto: como en la acción anterior, descarta dos dados y roba un artefacto que, en definitiva, puede ser un objeto útil para fastidiar a tus adversarios, evitar que te echen maldiciones, etcétera.

Tras gastar tus dados, tendrás que pasar la muñeca vudú. En principio, esta muñeca sirve para determinar el jugador que está jugando su turno, pero verás que determinadas maldiciones piden realizar determinadas acciones antes de pasarla...


3.- Las Maldiciones

Como hemos comentado anteriormente, las maldiciones son la esencia del juego. Como su nombre indica, no son buenas ni agradables y sirven para importunar al adversario de diferentes maneras. Por ejemplo, puedes obligar a un jugador a que juegue con la cabeza apoyada en la mesa o a que siempre tenga las manos juntas (imagínate cómo tendrá que robar los dados). Cuando juegas una maldición, ganas los puntos que aparecen en la parte inferior de la carta (y el jugador que llegue primero a 11, gana).

Pero hay un problema adicional para el pobre adversario que recibe una maldición. Cuando juegas una de estas cartas, la colocas en tu área de juego y el adversario que sufre tu maldición, tendrá que recordar el efecto (por ejemplo, aplaudir antes de pasar la muñeca vudú). Si no se acuerda cuando llegue el momento, podrás decirlo, la maldición se descartará y ganarás los puntos que aparecen en la parte superior de la carta.

Por último, no podemos olvidarnos de las maldiciones permanentes (las cartas rojas). Si llegas a una determinada puntuación (3, 6 y 9), tendrás que robar una de estas cartas. Como con las maldiciones normales, no te esperes nada bueno de ellas... si no cumples lo que te exige la maldición, recibes una penalización. Porque no todo iba a ser tan sencillo... ¿verdad?



Pues así de sencillo y divertido es jugar a Vudú. Bueno... siempre que no acabes jugando con la cabeza apoyada en la mesa, con las manos juntas y teniendo que aúllar como un lobo antes de pasar la muñeca vudú mientras animas a tus adversarios a hacerlo mejor.



*Las fotografías son cortesía de Zsófia Réti.

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